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Y fatalmente el paciente llega al estadio severo.

Se han perdido ya por completo las capacidades Instrumentales, que he relatado en los apartados anteriores: competencia para realizar actividades financieras, reconocer el entorno/barrio, uso del dinero,…

El paciente, por tanto está restringido a su domicilio, siendo únicamente capaz de dar pequeños paseos, siempre acompañado. Pueden andar por el domicilio, pero suelen precisar ayuda de un cuidador, o utilizar andador para desplazarse, ya que las necesidades de un adecuado equilibrio para realizarlas solos están muy deterioradas.

Si el deterioro motriz es intenso aparece la imposibilidad incluso de pasear, por sus propios medios de la cama a una silla de ruedas.

Pueden comer solos, pero ya tienen dificultades importantes para la utilización de los cubiertos y realizar actos tan simples como pelar una fruta, cortar un filete, extraer las espinas de un pescado,…

Precisan ayuda para el aseo diario, la ducha,  e incluso precisan la supervisión para mantener una adecuada higiene tras realizar sus necesidades (micción y defecación).

Presentan incontinencia urinaria y fecal, precisando el uso de empapadores o bien en horario nocturno, o todo el día.

Esta situación implica una carga de trabajo para los cuidadores, ya que uno solo no puede sobrellevar todos los cuidados, que la mejor alternativa es una Residencia, donde todos estos cuidados son administrados por profesionales sanitarios.

Considero que esta situación debe plantearse a los familiares en el estadio anterior, para que puedan reconocer y aceptar que este escenario acabara por aparecer.

En bastantes ocasiones, el reconocimiento de un contexto tan duro / dramático, no es bien recibido por los familiares y tienden a negar esta posibilidad. Esta es una tarea que los profesionales dedicados a este campo debemos realizar con cautela, tacto, humanidad y permitiendo que su reconocimiento sea paulatino, para generar la mínima carga de angustia que obviamente producimos.

 

 

 

 

 

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